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domingo, 28 de diciembre de 2014

Carta a mi corazón.

Corazón mío:

-Ahora no recuerdes lo que te decía.
No creas.
No le des importancia. 
No te sigas haciendo daño con su recuerdo.
No pienses. Sólo siente.

Qué te dice tu corazón?

-Que me mintió, eso me dice.

-Entonces no vale la pena ni siquiera llorar por un mentiroso.
Si no tuvo tiempo para ti, si te dejó de lado por la razón que haya sido y sin dignarse a dar una explicación siquiera, es simplemente porque no te quiso.
Fue su decisión, no la tuya.
-Corazón, tú siéntete tranquila porque no hiciste nada malo, sólo reaccionaste.
A toda acción sigue una consecuencia.
Él sabía cómo reaccionarías, buscó tu reacción y le diste en bandeja la salida fácil.
Pero eso sólo habla mal de él, dice que es sólo un cobarde. Es un hombre que no vale la pena, no es para ti. Tú, pequeña mía, te mereces alguien mucho mejor, que te valore por quien eres, que te ame exactamente por tener ese carácter de no permitir que abusen de ti ni te engañen.
Hiciste lo correcto, querida mía.
Te mereces lo mejor, el mejor hombre de todos y por sobre todo te mereces ser amada y respetada. Tú eres buena, mereces a un hombre bueno también.
Tú le quisiste, le amaste, le respetaste, le fuiste fiel y leal, le creíste todas sus fantasías, le trataste con cariño y él aún así se atrevió a no responderte del mismo modo? Pues, te felicito por tu valentía.
No será fácil pero lo superarás, seguro que sí. Estaré contigo cada vez que me necesites.
Si quieres llorar, llora todo lo que quieras, pero no te quedes en el llanto. Saca afuera todo lo que tengas atorado, duerme y descansa. Ya mañana será otro día, uno mucho mejor, te lo aseguro.
Ten paciencia, esto pasará. Quizás no de la noche a la mañana, pero pasará. Lo malo no puede durar para siempre. Y por otro lado esto tal vez no ha sido tan malo, simplemente ha sido un aprendizaje de una experiencia para no ser tan ingenua.
No te preocupes, tú el día que logres consolidarte, tus acciones subirán en la bolsa, en cambio, ese otro, por más que logre sus sueños nunca dejará de ser el mismo pelotudo y desgraciado de siempre. 
No te amargues ni estés triste, ya pasará.
Tienes que estar bien, este no es el fin del mundo, algún día llegará el indicado para ti, pero antes tienes que estar tranquila y sana para que lo puedas reconocer y recibir en tu vida, sólo así podrás sentir que estás haciendo lo correcto y será más fácil que logren ser felices juntos.
Sólo ten paciencia.
Esto fue el círculo que tenías que cerrar, la vida te dio la oportunidad que le pediste para saber que habías hecho lo correcto la primera vez.
Si lo piensas bien, tenías que terminar porque sólo así podrías continuar con tu vida para no cometer el mismo error otra vez en el futuro.
Es el capítulo que tenías que cerrar para seguir con tu destino.
Él ha sido sólo un canto de sirena que  estaba retrasando tu verdadero regreso a casa.
Créeme, corazón, esto pasará, sólo dale tiempo al Tiempo.

Te quiero mucho, nunca lo olvides, corazón. 

 

sábado, 27 de diciembre de 2014

The End

Por qué no me extraña. Parece una profecía autocumplida o simplemente es una ratificación de algo obvio: simplemente no era para mí y punto. No resiste más vueltas. 
Pero de cierto modo siento una clase de alivio.
Vuelvo a ser libre y mi futuro se ve mucho más luminoso, sin sombras, sin amarguras ni malos ratos que deba agradecerle a un sólo individuo que de verdad jamás pensó en mí. 
Creo que me escapé de haber cometido un gran error en mi vida. 
Por más que se diga que nos arrepentiremos más por no haber hecho algo específico más  que por lo  que hicimos, creo que esta vez es la excepción que confirma  la regla. 
Prefiero haber evitado cometer el error y no arrepentirme después, que habría sido demasiado tarde y el arrepentimiento demasiado grande.
Lo que me sigo reprochando es cómo pude ser tan tonta, cómo pude creerle, si era tan obvio que mentía, pero su mirada era tan sincera, que le creí. Debe ser muy buen actor. No sé que hace ahí y no es multimillonario en Hollywood.      O simplemente yo soy muy tonta y es eso es lo que me tiene mal, porque de nuevo comienzo a cuestionarme por qué me falla tanto el detector de mentiras y engaños, cuando siempre he sido prudente y rara vez me equivoco con las personas.
Mi intuición es bastante aguda para detectar gente falsa.
Pero con éste, fallo. Siempre.
Pero ya se acabó. Renuncio. Me cansé.
Me hace mal, y con todo lo que ya sé, decido no seguir perdiendo el tiempo ni permito más que se me vaya energía vital es una situación que no da para más porque nada cambia para mejor.
Me aburrí y me cansé. 
Siento que estoy para una relación de mejor calidad, más madura, donde las cosas que realmente importan sean valoradas de verdad.
Quiero a alguien que esté más a mi altura, que tenga escrúpulos, que las cosas de los sentimientos se las tome en serio y sea responsable, que no hable sólo por hablar, que sea considerado y consciente de lo que hace y deja de hacer, y que por sobre todo me respete y entienda.
Yo no soy mala persona, mi corazón es bastante  noble y blando, llego a ser ingenua, tonta de buena a veces.
Confío demasiado, y en la confianza está el peligro, pero necesito confiar para sentirme a gusto. Si no, no puedo.
Y si no puedo sentirme yo misma, entonces nada funcionará bien.
Y tengo desde el otro día una sola sensación en el pecho, un enorme y profundo asco. No sé por qué, pero eso es lo que siento. 
No soy tan naif como para no comprender por qué, y es eso mismo lo que me ha espoleado a tomar la determinación de marcharme.
No me interesan las explicaciones, sólo sigo mi instinto y todas las luces del pasillo que van  hacia la salida se encendieron, solo giré la manilla y la puerta de exit se abrió, puse los pies afuera y respiré aliviada, y eso es por algo.
Detesto la sólo idea de que se pudiera estar riendo a mi espalda, prefiero irme y olvidarme de todo.
Si tengo sospechas quiere decir que no vale la pena.
"Quien nace chicharra, muere cantando".
La gente así no cambia y yo jamás tranzaré con eso.
Yo soy leal y fiel, por tanto exijo lo mismo de vuelta.
Ya está hecho, mi decisión está tomada y no hay vuelta atrás.
Ahora sólo falta que pase el tiempo y de apoco ir olvidando esto que no era nada realmente. Eso debí saberlo.
Supongo que me movió más la curiosidad, quise comprobar bajo mi propia cuenta y riesgo si había tenido razón la primera vez que corté los puentes y quemé las naves.
Por eso nunca pude bajar la guardia.
Podría decir que jugué con sus mismas reglas, pero no. Fui honesta con mis sentimientos por él, lo que le dije era verdad. Eso me reprocho también, nunca debí haberle dicho todo lo que sentía por él. Para qué, para que acabara limpiándose el trasero con mis palabras? Tal como lo hizo.
Lo pisoteó todo, barrió el suelo con mis sentimientos por segunda vez. 
Fui tan tonta por haber creído que esta vez sería todo distinto, pero nada cambió realmente.
Esta parte del curso creo que ya la tengo aprendida: Cuando una relación se acaba, por alguna razón se acabó. 
Hay que aceptarlo y seguir adelante.
En eso estoy.
Sólo quiero dar vuelta la página y  continuar con mi vida.
Por mí este cuento ya llegó a su fin.

jueves, 27 de noviembre de 2014

ALERTA: Acciones posibles contra firma de tratados internacionales de libre comercio.


Esto no tiene desperdicio, se los aseguro. Pero a parte de verlo hay que tomar acción. Ir y firmar en contra de la aprobación de esos tratados que nos afectarán a tod@s sin discriminación. Esto es real, está sucediendo pero no aparece en las noticias de la tele. Imaginen por qué.
La elección es vuestra.
Saludos.
 

https://www.youtube.com/watch?v=0GsXD-4N4os




https://stop-ttip.org/firmar/ 

http://www.avaaz.org/en/stop_the_corp... 

http://www.attac.es/category/internac... 

http://tppabierto.net 

http://noalttip.blogspot.com.es/ 



sábado, 15 de noviembre de 2014

Los clicks mentales y la pereza de explicarlos.

Es curioso, cómo es que funcionan nuestros pensamientos.
Los pensamientos deben tener alguna clase de composición aceitosa, quedan fácilmente impregnados, son difíciles de quitar como manchas,  cuando se calientan queman, y quedan formando parte del recuerdo como esencia para toda la vida, hacen que entren más fáciles las ideas más locas y desatinadas de todas. 
Sí, los pensamientos deben tener una composición aceitosa, difícil de quitar de encima.

Como que últimamente todo parece estar relacionado entre sí.

Hasta decir que "soy un pájaro de alas grandes y que necesito mucho espacio para volar" y haber dicho  que " en la jaula de canario me habría muerto ahogada", todo eso tiene un sentido que sólo yo puedo comprender a cabalidad, sólo yo tengo todas las piezas del rompe cabezas para entender el cuadro completo.

Ese es el pensamiento aceitoso que tengo hoy.
Y es curioso.
Cuántas veces las cosas que pasan tienen sentido sólo para nosotr@s mism@s?
Cuántas de esas sonrisitas inexplicables que esbozamos en silencio en medio de una multitud corresponden a esos clicks mentales que de vez en cuando nos resuenan en la cabeza a causa de esos pensamientos aceitosos que hacen posible que las piezas del puzzle calcen cada una en su lugar y tomemos conciencia de todo la panorámica completa, y exclamemos sin darnos cuenta, a veces: "por eso fue", "ahí está", "eureka", "eso es", "ahhhh".
Cuestión de inspiración o es el resultado de una vuelta olímpica completa poniendo en orden los legos para llegar a la conclusión elemental que organiza todo el desorden mental y le da sentido a todo, finalmente?

Mis frases me las entiendo yo porque sólo yo sé de mis influencias, y todo lo que puedo pensar y decir tiene una referencia tácita, una cita implícita, pero las claves sólo las manejo yo, y si me sonrío es porque sólo yo entiendo y me hace gracia descubrir los significados que hasta antes de ese preciso instante no había comprendido ni encontrado.
Sí me preguntan: "de qué te ríes", me da pereza entrar en explicaciones complejas, tendría que rebobinar demasiado carrete para atrás y fácilmente me perdería por las ramas y le restaría toda la espontaneidad al "chiste" , además es muy posible que ni siquiera supiera a dónde estaba la gracia de todo el asunto.
Y al final siempre resulta más breve y fácil decir: " de nada",  "nada importante, yo me entiendo", y no es de pesada o de arrogante, o por querer jugar al misterio, o por pre-asumir que el otro en cuestión es un tonto y que no entendería, simplemente es pereza.
Pero claro reconocer eso, no es fácil, ejejeje.
Pero a menudo ese tipo de detalles comienzan a cavar trincheras en las relaciones, carcomen la confianza, alimentan la distancia emocional y provocan pequeños fuegos de cohetería sólo para marca territorio o señalar un punto en disputa.
Pero la pereza a veces es más fuerte. 
 


sábado, 8 de noviembre de 2014

Sentir cariño en el corazón.

Es ser demasiado exigente pedirle a la vida que si va a haber alguien allá afuera para mí, al menos que pueda sentir que mi corazón es acariciado dúlcemente y con delicadeza?
Es mucho pedir?
De qué se trata sentir estar en pareja?
No se trata acaso se sentir que hay alguien, más allá dentro de todo el universo, que es especial y diferente a todo el resto, alguien por quien sentimos algo especial también, que no sentiríamos por nadie más porque sentimos que ese alguien también nos corresponde con su preocupación, con sus gestos delicados de hacernos sentir que somos importantes y que siempre estamos presentes en sus pensamientos así como también en sus vidas, sin necesidad que hacer tremendos sacrificios ni que acometan grandes gestas, simplemente con un simple detalle podrían hacer que todo nuestro día valiera la pena. 
Una llamada, un mensaje, un "Hola, cómo estás?", "He pensado en ti, sabes?", "Te extraño". "...Perdóname, no volverá  a pasar". "...Un beso". Y la frase mágica que derrumba todos los muros defensivos: "Te amo". 
Pero si no vienen dichas desde el corazón, tampoco valen. 
De ahí la trivialización de las palabras que pierden el sentido y el peso real que deberían tener y que nadie parece valorar, salvo unos pocos puristas o nostálgic@s como yo.
Para mí las palabras siguen siendo importantes, de ahí que me moleste tanto el incumplimiento de una promesa. 
Palabras y hechos deben ir de la mano, no hay nada que me fastidie más que la incoherencia, decir algo y hacer otra cosa o decir algo y luego olvidarlo, claro, porque como no había una decidida intención de cumplir con lo dicho desde el comienzo, es fácil que las palabras se olviden y se las lleve el viento, y al final Todo queda en Nada.  
Si no hay honestidad ni en los sentimientos y menos aún en las palabras, nada vale la pena realmente. Porque "sin palabra" tampoco habrá alguna vez, hechos. Que es lo que finalmente importa.
Al menos para mí nada tiene sentido si no hay una verdadera intención de cumplir con la palabra dada. Si no hay voluntad para cumplir con la palabra, tampoco habrá voluntad para llevar a cabo el hecho que sea propuesto.

De qué modo podría creer?
De qué manera podría confiar?
Y la confianza es Todo en una relación.
Sin confianza no hay relación, compromiso, proyectos, futuro
Nada!
Cuando sólo hay Nada,  queda un vacío inmenso que se pierde en medio de un silencio irritante e hiriente, filoso y mortal como la cabeza de una lanza directa al corazón. 
 No hay nada más enloquecedor y exasperante que el silencio del orgullo, del Ego, del maldito Ego, de ver quien gana, quien aguanta más tiempo bajo el agua. O de ese silencio en la espera a que el temporal se calme como una avestruz que oculta su cabeza bajo tierra.
Hay muchas cosas de las que ya paso.
No estoy para estupideces ni para perder el tiempo que no tengo.
He aprendido a vivir conmigo misma hace muchos años, la soledad no me asusta, sólo que habría preferido vivir mi soledad compartida matizándola con intervalos de felicidad para darle más colores a mi vida, sentir que también se me permite ser  la decoradora de interiores oficial más importante de la vida de ese otro al que me había atrevido a querer porque creí que sus palabras eran honestas cuando me decía que me quería. 
Pero en estas cosas pequeñas de falta de detalles, de preocupación, de dejarme en el olvido como a  un juguete viejo en el fondo del trastero, no me inspira más que desgana, desamor, y una desilusión tremenda. Sólo me causa tristeza. Porque siento que me merezco un trato mejor.

Hoy necesitaba de un abrazo fuerte, sentir que no estoy sola en el mundo, que no estoy loca, que mis problemas tienen soluciones, que hay alguien que me entiende, que simplemente me dijera: "No te preocupes, ya pasará. No es tu culpa, no te sientas mal. Mañana será otro día. Oye, yo te quiero y estoy aquí para ti. No te olvides de eso". Al menos me habría hecho sonreír. 
Sentir que mi corazón está llenito con su presencia y que el frío del cuerpo se me quita con el calorcito que siento en mi corazón. 
Pero en mi corazón no siento a nadie, lo siento vacío, más muerto que vivo.
Siento esa clase de soledad que no se pasa con nada, me siento huérfana de alma y de corazón.
Sin amor se me apagan las esperanzas, y el horizonte vuelve a lucir opaco al final de la vida. Y ya nada me importa. 
Vuelvo a ser la kamikaze que era, pero esta vez sin patria ni bandera. Porque ya no me importa nada.
Me encierro en mi huevo egocéntrico protector a dormir, a dejar pasar este invierno en verano, a ver si al menos perdida en mi sueño encuentro una respuesta mejor.
Hoy es uno de esos días en que no se sienten ganas de explicar nada sólo de recibir cariño sin decir palabras.




sábado, 1 de noviembre de 2014

La psicología de los cuentos de príncipes y princesas. Derribando mitos.




Hoy más que escribir yo misma quiero hacerme eco de un artículo que leí esta mañana y que me pareció muy esclarecedor y por tanto conveniente de difundir por este océano internaútico.
Nunca se sabe a qué orillas pueda llegar y salvar vidas de naufrag@s perdid@s en medio de la confusión y la vorágine. 
Para lograr unificar criterios es necesario que manejemos los mismos conceptos hombres y mujeres,  y así lograr compatibilizar los puntos de vista, tal como los objetivos
y metas en esta vida, pasando por un proceso común de vivir una vida feliz.


  Paso a copiar y a pegar:

 

 

"Olvídate de princesas y príncipes azules

El príncipe azul o la princesa de cuentos al descubierto en un interesante y reflexivo artículo de Campus Relatoras
Coral Herrera Gómez· Hoy 22:10


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En los cuentos que nos cuentan desde nuestra más tierna infancia, a los varones les enseñan tres cosas sobre el amor:

  • Hay cosas más importantes en la vida que el amor romántico.
  • Hay una mujer destinada a ti.
  • El amor es inagotable e incondicional (como el amor de mamá).

A las mujeres nos enseñan otras tres cosas:
  • No hay nada en la vida más importante que el amor romántico.
  • Hay un hombre destinado a ti.
  • Las mujeres nacen con un don para amar inagotable e incondicionalmente (por eso su objetivo en la vida es ser esposa y mamá).

En los cuentos que nos cuentan, a unos les lanzan un mensaje, y a las otras nos lanzan otro. Para los hombres, el mensaje principal es que el amor es eso que sucede al final de la aventura, después de haber pasado por mil situaciones diferentes, después de que el héroe ha demostrado su fuerza, su valentía, su capacidad para ganar y someter a los enemigos que le van saliendo en el camino, y a los monstruos internos que a veces le paralizan de miedo. Si logra vencerlos, será digno del amor de la Princesa Que Espera, y si fracasa, se quedará solo.

El príncipe azul sabe que vencerá porque siempre se siente querido. Las dudas de amor son para las princesas con mucho tiempo libre que gustan de atormentarse. Ellos prefieren sentirse queridos, útiles, importantes y necesarios para su país o para su comunidad. Los príncipes se saben deseados por las mujeres, respetados por sus enemigos, admirados por sus amigos, venerado por sus súbditos, y mitificados por una bella  muchacha que sufre lo indecible (o que se aburre infinitamente) mientras espera la llegada de su Salvador.

Otro de los mensajes que suelen lanzarnos desde las producciones culturales es que el príncipe azul lleva consigo el amor incondicional de su madre grabado en el corazón, por eso sólo podrá ofrecerle el trono del reino a una mujer que le ame como su madre: de un modo total, sin peros, sin condiciones. Así que nosotras tenemos que sustituir a su madre y convertirnos también en madres de sus hijos e hijas, y ellos, ya saben que las madres aguantan de todo y que por muy mal que te portes, nunca dejarán de quererte.

El mensaje que nos lanzan a las mujeres es que si somos elegidas, tenemos que sentirnos inmensamente afortunadas, porque somos el grandioso premio a su heroicidad, el símbolo del triunfo masculino, el descanso del guerrero, y el botín de guerra que les pertenece por haber salvado al mundo (de las hordas de orcos, de los comunistas rusos, de los terroristas islámicos, de los alienígenas, de los indios norteamericanos, de los mafiosos italianos, de los robots inteligentes y malvados).

Las princesas, nos cuentan, tienen que ser muy pacientes, porque en casi todas las historias el amado siempre tiene mucho trabajo. Y es que por encima del amor está la misión del héroe, que es mucho más grandiosa que la princesa y que él mismo. El héroe primero sirve a la patria, y después obtendrá su recompensa por su trabajo, pero tiene que ganársela: el protagonista de los cuentos de hadas y de las películas de acción ha de demostrar que es un hombre con pleno control sobre sus emociones y mucha “sangre fría” para actuar. Tiene que olvidarse de su tierno corazoncito para matar, aniquilar y destruir al enemigo. Tiene que demostrar que es duro como una piedra, que ejecuta órdenes con la fidelidad de un robot, que es capaz de aguantar el cansancio, el hambre, el dolor de las heridas, el sueño acumulado y todo lo que le echen encima. El premio a sus sacrificios es la princesa que espera en su castillo, les dicen a los niños.

A las niñas les lanzan este mensaje: para la princesa el amor sí es lo más importante, porque la liberará de su encierro o su desgracia. Ella ama el amor porque cree que su vida mejorará, y porque no le han enseñado a pensar en otra cosa que en casarse y cumplir lo que se espera de ella: ser una mujer eternamente agradecida y entregada a su Salvador con absoluta devoción.

Los príncipes han de esforzarse mucho para obtener su recompensa, las princesas sólo tienen que aguantar, esperar, y ser pacientes para que nos amen para siempre. Y esperar solas, claro, sin rivales alrededor.

No es casualidad que las princesas siempre estén solas y desprotegidas, a merced de las circunstancias, y soñando con que alguien se encargue de ella. Nunca tiene un plan propio para escapar del encierro, ni redes de solidaridad y afecto que le ayuden. Las princesas en general son vulnerables, frágiles, sensibles, dulces, heterosexuales, de piel blanca y cabellos rubios. Se aburren mucho, suspiran mucho, y piensan en su príncipe azul a todas horas, creyendo que junto a él encontrarán la felicidad eterna y nunca más estarán solas.

A los chicos les encanta pensar que existe una princesa que lo ama porque sí y sólo piensa en él. Pero además, hay otras mujeres que les desean mucho, como es natural en un macho alfa. El mensaje que les lanzan a ellos es que han de ser fuertes para evitar las tentaciones. En el camino hacia el amor, el héroe se verá seducido por maléficas figuras femeninas que lo atraen hacia el lado oscuro, pero él nunca dejará de pensar en su princesa que espera pacientemente en el castillo a ser rescatada.

El mensaje patriarcal de los cuentos para niños, adolescentes y hombres adultos es que estas maléficas mujeres son libres, potentes, atractivas, y peligrosas, así que sólo has de acercarte a ellas para satisfacer tus necesidades básicas y divertirte un rato antes de encontrarte con tu legítima amada. Sabes que serás perdonado porque son meras necesidades sexuales que “nada tienen que ver” con el sublime romanticismo que le lleva a la Princesa Que Espera.

Al final de la aventura, el hombre puede por fin rendirse ante el amor: es cuando el héroe abre su corazón gracias a la ternura de la amada. Ya ha demostrado lo fuerte y valiente que es, ya ha ganado todas las copas y trofeos, ya ha llegado el momento de asentar la cabeza y formar una familia para asegurar la perpetuación de su estirpe. En los cuentos que nos cuentan, los finales son siempre felices: el héroe rescata a la princesa, se casan y viven para siempre comiendo perdices. Él la protegerá, ella lo cuidará para siempre, ambos vivirán encerrados en su palacio de cristal.

Sin embargo, la Realidad es siempre diferente a la ficción romántica: como cualquier pareja, los enamorados se arrugan y engordan, pierden belleza y alegría, se pelean, se aburren, se hastían, se traicionan, se reconcilian, y nada es tan bonito como nos habían contado. Las princesas y los príncipes no son tan perfectos, por lo que sus historias de amor tampoco lo son.

Descubrirlo personalmente nos decepciona y nos frustra, porque nos sentimos engañados, o porque pensamos que tenemos mala suerte en el amor. Para poder sufrir menos y disfrutar más, tenemos que aprender a despatriarcalizar y a desmitificar el amor romántico, inventarnos otros cuentos con otros mensajes, y construir otras formas de querernos.

He aquí algunas claves para desmitificar el romanticismo patriarcal y para aprender a relacionarse amorosamente con personas de carne y hueso:

Para ellos:


  • Buenas noticias: no hace falta que salves a la Humanidad, ni que seas un héroe, ni que demuestres que eres fuerte, violento, agresivo o dominante para que te amen. Ya no estás obligado a responsabilizarte de todo, y no hace falta que seas el ganador y el vencedor absoluto en todas las áreas de tu vida. No tienes por qué sentirte culpable si no das la talla o no cumples con las expectativas sobre tu virilidad.
  • El amor es para disfrutar, no para sufrir. El amor es para hacernos la vida más fácil y bonita los unos a los otros, no es un medio para negociar y conseguir otras cosas, ni es un sacrificio que hay que hacer para tener asegurado el cuido y el placer (olvídate de la esposa-criada complaciente que atienda todas tus necesidades como mamá, para más información, el siguiente punto).
  • Definitivamente, la princesa rosa ya no existe. Las mujeres ya no esperan toda la vida ni te aman incondicionalmente: si no te portas bien, si no hay buen trato, si no alimentas la relación, si pactas fidelidad y no cumples, te dejan. La mujer a la que amas no está sentada esperando a que llegues,  no está siempre disponible para ti, ni es tuya, ni su amor es para siempre. Es una mujer libre que está contigo porque quiere estar contigo, sencillamente, en el presente que compartís.
  • No mitifiques a una sola mujer y desprecies a todas las demás. No existen las mujeres buenas y las mujeresmalas, por lo que no hace falta que montes jerarquías afectivas que sitúen a una sola mujer en la cúspide del éxito, y a todas las demás las minusvalores. Las mujeres no son “santas” o “putas”, son seres imperfectos y complejos como tú, con sus virtudes y sus defectos, sus errores y sus aciertos. Igual que tú nunca podrás ser tan maravilloso como el príncipe azul, ellas tampoco podrán cumplir con las expectativas del mito de la princesa. Las mujeres libres con autonomía no son peligrosas. No hace falta dominarlas para poder amarlas. No tengas miedo a relacionarte con una mujer de carne y hueso sin la coraza: no muerden.
  • El amor no supone rendirse, no es un virus que te posee y te roba la voluntad, no es el fin de tu juventud, no te convierte en prisionero de nadie, no te convierte en propietario, ni en dominador o dominado. El amor no te roba la autonomía, no es el fin de tu libertad, no te convierte en un “calzonazos”, no te rebaja la virilidad. Así pues, eres libre para relacionarte desinteresadamente con las mujeres o los hombres a los que amas, y para dejarte seducir por la magia del compañerismo romántico que nos sitúa a todos en el mismo plano horizontal. Practicar el amor sin las antiguas estructuras de dominación y sumisión, te liberará de la necesidad de ser superior o de luchar por el poder, con lo cual podrás disfrutar más del amor.
  • Aprende a compartir protagonismos: antes los personajes femeninos de las historias de amor ejercían un papel pasivo, ahora van en su propio caballo, matan a sus propios dragones, toman decisiones, resuelven enigmas, se emparejan y se separan, eligen a sus compañeros, se equivocan, rectifican, y reivindican su derecho a moverse con libertad, y a ser protagonistas de sus propios relatos. Las mujeres son tus compañeras, y los hombres son tus compañeros, y se trabaja siempre mejor en equipo que en solitario. Di no a la soledad, que te hace más dependiente y más vulnerable, y júntate a la gente para dar y recibir amor, para vivir aventuras, para celebrar la vida.
  • El amor no culmina con un final feliz, se construye día a día. No existe la fuente de amor inagotable, no dura para siempre, y no es gratis: para ser amado hay que amar, para recibir hay que dar, para que te traten bien tienes que tratar bien. El amor puedes disfrutarlo en cualquier momento de tu vida si tienes las herramientas y los conocimientos necesarios para construir una relación bonita. No es una meta a la que llegar, es un proceso que se vive en el presente inmediato y se nutre con nuestra creatividad, nuestra generosidad, nuestra capacidad de empatía y de disfrute.
  • Libérate de las cargas del príncipe azul. Por mucho que lo intentes, nunca podrás estar a la altura de los mitos de la masculinidad hegemónica, ni cumplir con todas las expectativas que se despiertan en torno a la figura del héroe con superpoderes mágicos. Ningún hombre es tan guapo, bondadoso, rico, valiente, potente sexualmente, sensible, honrado, luchador, generoso, sabio, culto, divertido, ni tan perfecto como los vemos en las películas (excepto Brad Pitt, y seguro que algún defecto tiene el hombre). Con la edad irás engordando, perdiendo fuerzas y reflejos, tendrás achaques, puede que te quedes calvo, que se arruine tu negocio, que dejes de tener éxito en la vida, que te abandone la buena suerte. Sabiendo que nunca podrás ser tan maravilloso como un príncipe azul, estás liberado de la carga que supone estar siempre demostrando que eres muy hombre, o que eres el mejor: así puedes dedicar tu tiempo y energía a otras cosas más provechosas, como por ejemplo practicar la autocrítica amorosa para conocerte mejor, o trabajarte los miedos que te impiden disfrutar del amor.
  • Los miedos no desaparecen mágicamente, hay que trabajarlos constantemente: en los cuentos los miedos se superan con pócimas, con talismanes, con conjuros o hechizos, con tótems o con magia. Muchos de ellos los has heredado de tu cultura patriarcal: el miedo a no dar la talla en la cama, el miedo a enamorarse ciega e irracionalmente, el miedo a quedarse solo, el miedo a salir de los armarios, el miedo a la infidelidad o la deslealtad de la persona amada, el miedo al “qué dirán”, el miedo al rechazo o a no ser correspondido, el miedo al compromiso, el miedo a que te dominen o te manipulen, el miedo a que se cuestione tu virilidad o tu heterosexualidad, el miedo a perder tu autonomía y tu libertad, el miedo a que te hagan daño, el miedo a fracasar, el miedo que nos da saber que no somos imprescindibles para nadie… hay que liberarse de los miedos, entonces, para poder relacionarse con la gente con libertad, con generosidad, con ternura.

Para ellas:

  • No te esfuerces en cumplir el mito de la princesa rosa: nunca serás tan buena, guapa, joven, sana, dulce, paciente, obediente, conformista y pasiva como esta heroína tradicional, por mucho empeño que le pongas. Además, los palacios son lugares enormes, solitarios, fríos, aburridos, y resulta muy difícil escapar de ellos cuando estás dentro. Dedica tus energías a construir tu propio personaje, y a ser la mujer que te dé la gana de ser.
  • No te esfuerces en buscar al príncipe azul, no existe el hombre ni la mujer perfecta. Somos más felices cuando querremos a la gente tal y como es, sin mitificarla, sin endiosarla, sin rebajarla.
  • El amor no es la solución a todos tus problemas. Si te pasa como a las princesas de los cuentos, que están hartas de la explotación laboral a la que están sometidas, o sencillamente te aburres y tienes ganas de transformar su vida, no esperes a la llegada del Salvador que te rescate de tu situación. Ponte manos a la obra para generar cambios que mejoren tu vida sin depositar esa responsabilidad en nadie más que en ti.
  • Esperar es inútil: en estos tiempos en los que las horas y los meses pasan volando, ya no podemos pararnos a esperar a nadie. Esperar es un acto pasivo que deja en manos de los demás nuestra propia felicidad. No sabemos si nos queda una semana o diez años de vida, así que mejor disfrutar del presente, que es el único tesoro que tenemos.
  • El amor no es sacrificio, renuncia, ni rendición: no tienes por qué olvidarte de ti misma ni de tus necesidades sólo porque tengas pareja. No tienes por qué entregarte en cuerpo y alma si la otra persona no se entrega. No tienes por qué aguantar todo lo que te echen encima “por amor”. Amar no es sufrir: es disfrutar.
  • Hay muchas fuentes de afecto, de placer y felicidad en nuestras vidas, por eso el amor romántico no puede ser tu único objetivo: estas rodeada de gente estupenda que te quiere, y hay mucha más gente estupenda a la que conocer. El romanticismo en pareja es una experiencia hermosa, pero también hay mucho que aprender, que vivir, que experimentar con los demás. El amor es importante en la medida en que no se limite a una sola persona, y en la medida en que nos permita crecer y evolucionar, y repartir amor a la gente que nos rodea.
  • Trabaja tu autonomía económica y tu independencia personal para poder construir relaciones desde la libertad, y no desde la necesidad o el interés. Déjate seducir por la magia del compañerismo romántico, y quiérete mucho, para poder dar amor a los demás. Practica la autocrítica amorosa para conocerte mejor y trabajarte lo que pueda hacerte mejorar. El amor es un arte, y cuantas más herramientas tengas para relacionarte con los demás, más podrás disfrutarlo.
  • Libérate de tus miedos, sal de tus armarios, y no te sientas culpable si te enamoras, o si te desenamoras. Las mujeres no nacemos con un don para amar eterna e  incondicionalmente, y tenemos derecho a juntarnos o separarnos de nuestras parejas cuando lo deseemos. Y siempre estamos mejor acompañadas por otras, que solas.
  • Di no a la soledad: las protagonistas de las historias siempre están solas: no descuides tus redes sociales y afectivas, porque son tu mayor tesoro. Solas somos vulnerables y dependientes, rodeadas de gente a la que queremos somos más libres y tenemos más posibilidades de vivir el amor sin reducir todo a una sola persona. Expande y diversifica tu amor.
  • Disfruta de tu papel protagonista en la historia de tu vida: tú eres la narradora, la guionista, la directora, y la actriz principal. Tú elijes a la gente con la que quieres compartir, tú tomas las decisiones, y tú confías en ti misma a la hora de construir tu historia. Tú eres la que inventas, la que te equivocas, la que rectificas. Trata con mimo a tu propio personaje y a los que te acompañan, os merecéis el mejor trato del mundo.
Ilustración: Naw Lawson
Coral Herrera Gómez campusrelatoras."
Además de estar muy bien pensado y redactado, es muy educativo.
Entre todas las cosas ciertas a las que se refiere me quedo con una frase, a mi entender clave, en lo que se trata de hombres y mujeres en general:
 
"Basta con que seas una buena persona capaz de construir una relación bonita."
Creo que todo el mundo que trata de relaciones humanas y aún mas las de índole amorosa-romántica se puede reducir a esta simple idea de ser buena persona para ser capaz de construir una relación bonita.
Y la reglas son simples, el consejo a seguir es sencillo y vale tanto para hombres como para mujeres:
"...si no te portas bien, si no hay buen trato, si no alimentas la relación, si pactas fidelidad y no cumples, te dejan."
Y claro, hay mucho más pero cada quien que lea y saque sus propias conclusiones.
Sólo quise compartir un artículo que me pareció interesante.
No siempre hay tiempo para pensar sobre estos estereotipos culturales que nos entran por osmosis y que no procesamos por medio del juicio crítico y nos hacemos parte de un juego torcido y perverso sin querer, sólo porque no nos damos el tiempo para reflexionar.
Si tienen hij@s, ya sabrán como no seguir alimentándoles la fantasía con esos cuentos que no ayudan a ver la realidad 
ni a ser personas enteras, seguras de sí mismas, empáticas, inteligentes, independientes y felices.   
 

viernes, 24 de octubre de 2014

Miedo a equivocarse.

Qué es el miedo? No del tipo miedo pánico, o paura como dicen los italianos. No.
Ese miedo que nos limita, que nos paraliza, que a veces nos salva de cometer tonterías o de hacer cosas demasiado audaces que luego nos arrepentimos por no haber tenido más coraje.
Lo que me hace pensar si acaso se puede confundir el miedo con la precaución?
Miedo del latín, "metus". Raíz para "meticulos@".
Ser meticulos@ es ser cuidados@, quizás por miedo a equivocarse.

El miedo por sí mismo no pareciera ser nefasto, más bien diría yo que es un preventivo, una clase de chaleco salvavidas para los impulsivos y atarantados, tener un poquitito de miedo antes de decidir cometer una acción de alto riesgo sin tomar medidas de resguardo para la propia seguridad,  supondría una ventaja mirado de esta manera.

(Miedoso y cobarde no es lo mismo. 
 Un cobarde es alguien que tira para la cola o se marcha con la cola entre las piernas por miedo o falta de valor.
 Entre un valiente y un desatinado hay sólo un mal juicio de distancia)

Creo que este es el tipo de miedo que siento yo. El miedo con coraza, es decir el miedo por cautela, o miedo meticuloso.
Confieso que siento miedo a equivocarme, a no hacer las cosas bien, a tomar malas decisiones, a no saber distinguir si lo que la vida me pone por delante estará por mi bien o no.
Miedo a dejar ir todo por un prejuicio deshumanizado o mal aconsejado, o bien aconsejado, dependiendo de la perspectiva o de la intención...
Miedo a no hacerle caso a mi corazón y dejarme llevar por la frialdad de mi cabeza.
Miedo a no ver la verdad sólo por ser testadura o por desconfianza.
 Miedo a que por haber creído antes en Pedrito a que venía el lobo y no venía, ahora que tal vez sí sea verdad, yo no lo crea y acabe arrepintiéndome de no haberle hecho más caso a mi intuición.
Pero tampoco sé si lo que me dice mi intuición es real o es sólo lo que quiero oír. 
Miedo a confundirme y a sincerarme tanto que resulte con el puente cortado a hachazos.

No sé, me siento confundida, hasta que no tenga las cosas más claras con la situación misma, siento que no puedo tomar una decisión lúcida.
No es miedo al futuro, ni es miedo a fallar en el intento, no.
Tampoco a que me falten las fuerzas a mitad de camino, ni que me abandone la fortaleza de carácter para hacer frente a lo que venga.
No es miedo a salir de mi zona de seguridad y de confort.
No.

Es miedo a hacer el ridículo, a ser una vez más la pobre tonta que se lo cree todo de buena fe. 
Es miedo a entregar otra vez todo y que la miel se transforme en hiel. 
Es miedo a que ese terreno que se ve firme no sea más que una ilusión óptica y en el fondo sólo sean arenas movedizas.
Miedo a que esta vez el pozo no tenga final.

Me veo yo misma como una gran felina,  agazapada  observando la situación entre medio de los matorrales, desconfiada y cautelosa, esperando por una señal cuando sea el momento apropiado.

Pero tampoco sé cuál sería la señal, ni cuál sería el momento apropiado.
Soy más de la idea de dejar que las cosas fluyan libremente.
Las palabras y los sentimientos, también. 

A mí misma sólo puedo aconsejarme cautela y paciencia.
En definitiva: "Darle tiempo al Tiempo."

sábado, 18 de octubre de 2014

El Sentido de la Vida.

El otro día leyendo un artículo sobre una vieja entrevista a Humberto Maturana, un biólogo y pensador chilensis; reflotada del pasado por su completa vigencia aún sobre la misma cuestión que sigue sin ser resuelta: la búsqueda del sentido de la vida.

Artículo que pueden revisar acá si les place, está interesante. 
Lo mismo aplica para cualquier parte del mundo aunque sólo se refiera a los acontecimientos ocurridos en el 2006 en Chile a propósito de la "marcha de los pingüínos" cuando salieron a la calle a protestar en contra de la LOCE ( Ley Orgánica Constitucional de Educación) heredada de la época de dictadura que concebía el sistema educacional como un bien  más de consumo.
Hoy por hoy aún  se discute sobre el Lucro en la Educación y la Educación gratuita y de calidad adportas de una nueva reforma educacional. 

http://www.elciudadano.cl/2008/06/04/1756/humberto-maturana-%E2%80%9
Clos-jovenes-buscan-darle-sentido-a-sus-vidas%E2%80%9D/


Bueno, esto es harina de otro costal, y  sólo es  el marco teórico de mi inspiración. Lo que me preocupa a mí es otra cosa.

Hoy, aquí,  me ocupa este tema de la " búsqueda del sentido de la vida".
Qué es eso realmente?
La vida tiene que tener un sentido por sí misma?
La vida sin sentido es posible?
Para que la vida sea vida, debe tener un sentido?
Un sentido o varios?
Sentido o Propósito, es lo mismo?
("Sentido" leído como: "Razón de ser o finalidad. "
Y
"Propósito" entendido como : "Objetivo, fin o aspiración que se desea lograr.
Pues existen múltiples acepciones con distintos significados, por eso es importante acotar a qué quiero referirme exactamente.)

Puestos así ambos conceptos parecieran no ser lo mismo ciertamente.
 Un propósito puede tener un sentido y un sentido puede tener un propósito, por tanto no son sinónimos.

Creo que he llegado a cierto punto de mi vida donde los sentidos tienen que tener un propósito para que todo tenga sentido, para que mi vida entera tenga un sentido más allá de mí simple "ego-ísmo".
Pero no un propósito interesado por conseguir algo a cambio, un algo tangible, no, no  me refiero a eso.
Si no más bien a un "propósito" como "significado" que me lleve a entender la finalidad de las cosas que ocurren, para así poder entender la Vida. 
O acaso eso es ambicionar demasiado? 
Entender la vida es demasiado osado?
Demasiado para una mente humana que vista desde arriba no podría ser más grande de lo que para nosotros podría ser una hormiga?
Acaso San Agustín tendrá razón? Podría caber todo un mar dentro de un pequeño cuenco sopero?
 Si mi cabeza es como ese cuenco y las razones de esa vida son como el mar, si bien no cabrían todas tal como no cabría toda la masa de agua marina dentro de ese recipiente, me conformo con el agua que sí quepa, con las razones que sí entren en el espacio disponible para su entendimiento en mi sesera. 
Quiero entender por qué suceden las cosas que suceden, qué importancia tienen, cuáles son las consecuencias.
Creo que lo mismo daría pedir una esfera de cristal para ver el futuro en vez de Entendimiento.
Desde siempre he notado una cierta facilidad en mí para poner en orden los eventos tratando de explicarme cuál es el fin o sentido de las cosas que pasan, pero lo cierto es que hace tiempo que tras las situaciones que he vivido en estos últimos años me siento confusa, no veo con claridad cuál es el propósito de todo.
Me cuesta entender dónde están las enseñanzas. Creo que he obtenido algunas pocas respuestas, pero no estoy segura si me satisfacen del todo, aún no me siento conforme.
Tal vez por eso me gusta escribir, porque escribiendo puedo tener la panorámica más despejada y en la vida de mis personajes, mando yo.
Como decía Vicente Huidobro, "el poeta es un pequeño Dios".
Ser un personaje dentro de esta parodia de vida, sin saber qué habrá al dar vuelta a la esquina sino se toma de manera deportiva es para volverse paranoica o a lo menos agorafóbica.
Pensar para dónde va esta vida, en general, sin saber si aún queda tiempo para una vida entera, me hace sentir la urgencia de por lo menos poder resolver cuál es el sentido de todo esto que está pasando. 
Quizás pensarán, y esta loca para qué se preocupa de estas cosas en vez de ocuparse por cosas más importantes o quizás no, de cosas más terrenales y cotidianas.
Para mí no tiene sentido ocuparme precisamente de cosas banales, cuando estamos en tiempos convulsos y revueltos  lo que a mí me  importa es precisamente lo trascendente, lo que está más allá de los límites naturales. 
Quiero respuestas, porque siento que se agota el tiempo y es imperativo tener una respuesta a modo de contraseña.
Tengo una extraña sensación, de hace mucho tiempo, como si todo dependiera de hallar sólo una respuesta, la correcta, pero tampoco sé cuál pueda ser la pregunta. 
 Quizás no hayan preguntas y todo la existencia histórica de la vida propia se reduzca al hallazgo de sólo una palabra que abre todas las puertas. 
Tal vez todo el sentido y propósito de la vida sea descubrir aquella palabra de palabras.
Después de todo, "primero fue el verbo" después fue la carne, por tanto no es una llave material, debe ser una palabra la clave,  pero cuál?
(Es curioso que llave venga de clave, del latín clavis y al final signifiquen lo mismo.)

Bueno, sólo dejo planteada la inquietud por estos asuntos, y que cada cual busque sus propias preguntas y  encuentre sus propias respuestas.

Gracias a este ejercicio, creo que ya hallé mi palabra. 
 















































 

sábado, 11 de octubre de 2014

Lo material debe ser sólo un medio, jamás un fin.


En el camino de vuelta a casa, la ruta de regreso pasa por una avenida del barrio alto de la ciudad que combina tanto residencias particulares muy lindas entre mucho follaje verde con locales comerciales, clínicas, hoteles, universidades, colegios, bancos y restaurantes.

Entre el paraje me llamó la atención una casa grande de dos pisos completamente derruida que aún permanece en pie detrás del esqueleto abandonado de una embotelladora que funcionaba en  otra época. 
Supongo que la casa aquella por la ubicación y estado de deterioro debió pertenecer también a la compañía y por lo que queda de su estructura debió haber sido la casa que le daban al gerente. 
(Bueno, esto recién  lo concluí ahora, lo confieso. No se me había ocurrido antes cuando la vi.)

En ese momento mientras venía pasando por el resto de la avenida con arboledas por los costados y el viento me entraba por la ventanilla, pensé que esa casa debió pertenecerle a gente de dinero con muchos hijos y que ahora ya todos grandes con sus vidas hechas y los viejos probablemente ya muertos, nadie  ha querido hacerse cargo de la vieja casa y ahí ha quedado en el olvido a merced del tiempo y las inclemencias del clima. 

Con esa imagen de decadencia y destrucción en mente, imaginé lo clásico en casos así:

Gente, una pareja, hombre y mujer, un matrimonio esforzándose en la vida entre el día a día, los hijos y más hijos que iban llegando al paso del tiempo, la familia, el amor o las presiones sociales, morales o religiosas, obligando de paso a buscarse la vida de la manera más rentable aún cuando aquello significara el doble de esfuerzo y más tiempo fuera de casa lejos del hogar, esposa e hijos, perdiendo aquellos momentos memorables por los que vale la pena la vida pero que alguien tiene que sacrificar para sostener económicamente la vida.

Claro, la vida debió haber valido bien la pena si todo aquellos esfuerzos y sacrificios sirvieron para educar a una prole de manera correcta y rectilínea hasta que estuvieran en condiciones de volar por sus propios medios para formar sus propias vidas.
Y los viejos se irían quedando de apoco solos con el nido vacío, luego llegarían los nietos y la casa se volvería a llenar de vida para las fiestas, vacaciones o fines de semana largos, al menos hasta que la buena salud les acompañara.
Cuando ya no estuvieran más, la casa de apoco habría ido perdiendo brillo y encanto hasta llegar a ser sólo una triste ruina de tiempos más felices.

Con esta fábula en mente, pensé:
Sirven de algo los bienes inmuebles como un propósito  por sí mismos o deben ser sólo un medio para criar una familia en condiciones dignas, saludables y cómodas? 
Es decir, vale la pena tener por tener bienes materiales en esta vida, por el mero afán de acaparamiento o vanidad o son los bienes materiales un medio para vivir esta vida de mejor manera?

Las condiciones de esa casa tal como se veía, con las latas oxidadas del techo arriscadas y las vigas al aire, sin un sólo vidrio entero en sus múltiples ventanas, muros semi derrumbados que dejaban ver por dentro, como un esqueleto destripado, un pasado ausente.
La postal me hizo reflexionar sobre el propósito de la vida, cuál debe ser?
Qué debe importar más, si lo material, la posición social y económica que la posesión de bienes materiales otorgan, por la que nos diferenciamos o por la que somos clasificados; o acaso lo más importante es aquello que logramos con nuestra vida, las cosas que hacemos para vivir pero que vayan también en directo beneficio de los demás, para ser finalmente recordados con cariño en los corazones de la gente que nos haya importado y así sin importar la muerte ni los años bajo tierra, seguir viviendo en la memoria colectiva de nuestros seres queridos que nos sobrevivan. ?

Porque por más casa grande que tengamos, por todos los sacrificios del mundo que hubiésemos hecho por obtenerla, desviviéndonos para mantenerla lo más lujosa y bella posible, nada pero absolutamente nada de eso nos llevaremos a la tumba el día del Día. 
Si esa casa no sirvió para haber albergado los sueños y las esperanzas, la crianza y educación de la parvada, si esa casa no sirvió para acoger a los visitantes, a la familia y a los amigos para las celebraciones y las alegrías que le dan la Felicidad a la vida. Nada de todo aquel tiempo afuera soportando presiones para ser capaz de conservarla dentro del patrimonio familiar, habrá valido la pena.
Porque cuando se deja esta vida nada de lo material conseguido en vida, ni la casa, ni los jardines, ni los autos, ni los cuadros, ni las esculturas, los libros, ni las joyas, ni los aparatos electrónicos,  nada nos llevaremos para el otro mundo.  Apenas nos quedaremos con la ropa que alguien nos escoja para vestir nuestro cadáver para que se vea decente y que acabará tan apolillada como nuestra carne.

Por tanto, mi conclusión es: que las cosas materiales deben ser sólo un medio para hacernos más fácil la vida pero jamás deberían llegar a ser un fin por sí mismo y menos deberíamos basar ni medir nuestro nivel de felicidad individual por la cantidad de cosas materiales que poseamos. 
No entender esto, no tenerlo claro, es no haber entendido nada de la vida.

Tenemos que tener muy claro que al final de la meta, sólo nos podría acompañar el cariño, el aprecio, el respeto, la admiración y el amor de los que dejamos vivos que significaron la vida para nosotros.

Como dije, es posible que esa casa haya tenido una vida bastante impersonal, pasando de mano en mano dependiendo del gerente de turno de la CCU.

Nunca se sabe qué nos hará pensar más allá de la nariz.  
Es lo bueno de tener tiempo para reflexionar.

Si debo resumir esto en una moraleja, diría que:

Me gustaría dejar un recuerdo que no fuera como esa casa.
Aunque no sé si aún tengo tiempo para formar una familia y que la casa linda y grande sólo fuera un medio y no un fin.  


sábado, 4 de octubre de 2014

"Nosotros mismos". Ayuda para el camino.

A propósito de desaires y para que todo aquello por lo que pasé no haya sido en vano, les contaré parte de mi experiencia vivida post desamor. 
A ver si así al menos cobra más sentido al tener un propósito más allá de mí misma. Así como yo recibí ayuda de viajeros desconocidos con los que me fui encontrando a lo largo de mi camino y que me regalaron  de su sabiduría personal para que pudiera salir de aquel pozo de los lamentos sin fondo en el que estaba, quiero devolver la mano y dejar lanzado al mundo  otro de mis mensajes en  botella. 
Creo yo que las experiencias buenas o malas, sobre todo las malas cobran mayor sentido si  cada experiencia vivida por más mala que haya sido se transforma en una ganancia y no en una pérdida en tanto pueda ser útil  puesta al servicio de quienes la puedan necesitar.
No es una justificación, pero sí es un consuelo, pensar que mi experiencia le puede servir a alguien más que ahora pueda estar pasando por lo mismo.
No soy consejera sentimental profesional ni siquiera soy aficionada ni menos  adicta a  libros, cursos o charlas de autoayuda, pero a veces ciertas reflexiones o frases que se leen por ahí hacen bien, son como chispazos de luz en medio de la oscuridad, pueden ser señales, quién sabe.
Yo creo más en la magia del destino que a cada uno le va poniendo por delante lo que necesita para ir uniendo las partes que le faltan para completar su propio puzzle mental sobre su propia vida y su propio mundo, siempre y cuando sepas ver y oír.

 Recuerdo que el 2011 para mí fue un año largo, interminable, extremadamente sensible. Nunca en toda mi vida había llorado tanto como en ese año. Creo que me lloré todas las lágrimas del resto de mi vida y cada vez que lloro ahora son lágrimas al crédito a cuenta de mi próxima vida.
Por una parte es bueno, jejejeje, eso quiere decir que en una próxima vida reencarnada no lloraré tanto porque no tendré tantas lágrimas para malgastar.
Bueno, a lo que iba.
En ese 2011 recuerdo que venía de haber vivido un idilio fuera de lo común para mí, que creí especialmente maravilloso, donde me sentí muy afortunada, muy yo misma, libre y enamorada como perdiz, embriagada de amor, cargada sólo con un portafolio lleno de sueños y proyectos de una vida muy feliz y de pronto todo eso se desplomó de un papirote sin mediar explicación, menos una advertencia.  Pin plaf cataplán de un día para otro y sin previo aviso se acabó todo eso en lo que había estado creyendo por el tiempo que duró. 
Fue devastador, sentí cómo mi corazón había sido pisoteado, escupido y lanzado a la basura, todo al mismo tiempo. Obviamente mi autoestima cayó a pique y la desconfianza tomó el control de mis sentidos, me sumergí en el pozo oscuro de los lamentos.
Fue un año negro, de mucha pena, de llorar casi todos los días porque no podía entender qué había pasado básicamente porque  no sabía qué había pasado, no tenía certezas, no sabía nada de nada, y así no podía definir con claridad qué pensar ni qué decisiones debía tomar. Fue desconcertante, muy confuso todo. Fue una montaña rusa emocional gigantesca, pasé por todos los estados de ánimo posibles, hasta que fui hallando respuestas que me fueron calmando la ansiedad de no saber y me volqué a la búsqueda de respuestas generales, más universales, recetas maestras que me dieran tranquilidad mental y me devolvieran un poco la serenidad necesaria para retomar el control sobre mis propias emociones.
Busqué y al mismo tiempo fueron apareciendo en mi camino las palabras precisas que me fueron refortaleciendo otra vez la confianza en mí misma y en mi percepción del entorno y de las personas, tuve que aprender a confiar otra vez en mi intuición porque llegué a sentir que me había traicionado. Pero en un análisis más profundo descubrí que quien se engaño fui yo misma, mi intuición siempre mantuvo la luz roja de alerta encendida, fui yo quién pasó por alto las advertencias y que insistió en creer que todos esos planes eran posibles aún cuando no había ni siquiera un terreno viable para construirlos. Quise creer que no importaba la realidad, que sólo la fuerza con que creyera en esos sueños era suficiente. Craso error.
 En fin, ese año fue como haber estado viviendo todo el proceso de recuperación luego de haber sufrido un fuerte impacto debido a un choque de alta energía contra la realidad  por exceso de velocidad.
Del coma en la UCI pasé a tratamiento intensivo y de ahí a reposo aún con yesos por todos lados, luego a terapia ocupacional física y mental. Ese año viví algo comparable como a eso.
Con todo lo mal y triste que me sentí, este blog fue una verdadera terapia mágica. Fue por aquí mismo que fueron surgiendo voces amigas que me escucharon en silencio y sin juzgarme simplemente me comprendieron y me brindaron sus consejos amablemente sin esperar recibir nada más que las gracias a cambio y la satisfacción de haber hecho algo bueno y noble por alguien más desinteresadamente. . 
Debo decir que sin la ayuda de aquellos caminantes que me señalaron la dirección para la salida, sin sus orientaciones me habría tomado mucho más tiempo salir de la espesura del bosque en el que me encontraba dando vueltas en círculos. Y por lo cual me siento eternamente agradecida y en deuda con todos ellos.
Por eso mi modo de agradecerles es poniendo al servicio mi experiencia de cómo fui superando todo ese mal periodo de mi vida para quién en estos momentos pueda estar sitiéndose como me sentí yo. 
Porque cuando estas cosas nos pasan creemos que sólo a nosotros nos pasan y no es así.  Estamos muy encima para lograr ver con otros ojos lo que nos ocurre, estamos demasiado sumergidos en nuestro propio dolor como para asomarnos a ver desde otra perspectiva lo que nos acontece, para ver la panorámica desde otra óptica que nos permita encontrar soluciones.
Hay que pensar que nunca seremos ni la primera y lamentablemente tampoco la última persona en el mundo en atravesar por desilusiones amorosas.
Eso hay que tenerlo muy claro. Y no es la vida la culpable, la vida no es así, cruel y malvada porque nos hace pasar por estas experiencias dolorosas.
No, no es la vida, son las personas.
Es la gente la que no sabe vivir la vida y es la que la caga, la que la cagamos.
No es ni Dios, ni es la Vida la culpable de las cosas que nos suceden.
Somos nosotros mismos los responsables de las cosas que nos pasan, somos "responsables" que no es lo mismo que ser "culpables", téngase muy en cuenta esa diferencia.
No seamos tan egocéntricos como para pensar que somos el ombligo del mundo y que todo lo que acontece, pasa por nuestra causa, a favor o en contra, no todo tiene que ver con nosotros necesariamente, a veces sólo somos victimas de las circunstancias, pero otras veces no. A veces nos buscamos que las cosas buenas o malas nos sucedan, conscientemente o inconscientemente.
Ahí es dónde debemos aplicar lo aprendido en la vida y mantener los ojos bien abiertos para ver y discernir de dónde vienen todas las cosas que nos ocurren.
 En este mismo punto hay que hacer un alto.

Aquí entra un asunto que yo creo los psicólogos no mencionan, por más que hablen y promuevan las ideas sobre el Amor Inteligente que es como el anverso del amor clásico emocional, algo como la diferencia que hacen entre los tipos de Inteligencia, distinguiendo a la inteligencia racional de la inteligencia emocional. ( Léase a Walter Risso como por mencionar un ejemplo de pregonero de esta tendencia de ver el amor como una decisión racional que entre entendidos llaman "cambio de paradigma".)
Pero por muy capos que sean en el tema, creo yo que en sus terapias dejan a fuera algo que han pasado por alto que no sé si contemplan como una causa de esos estados de ánimos bajos, depresivos muy prolongados.
Porque esto de la "Depresión" como enfermedad mental es a mi juicio el invento  de doble hoja del siglo de las farmacéuticas, para  atontar al ganado más de lo que ya está atontado y de paso más encima lo dopan para forrarse a sus expensas.
Si es completamente normal sentirse mal, triste, desganado, bajoneado, apenado, desmotivado después de una ruptura o cualquier evento emocional que sea de naturaleza afectiva que se termine, puede ser un noviazgo, un matrimonio o la vida de alguien cercano y querido.  El trauma es fuerte en mayor o menor grado dependiendo de los involucrados,  de la fuerza del lazo que les uniera, etc.
Es enteramente normal y comprensible que así sea, y es cuestión de tiempo superarlo, pero claro en esta sociedad en que el "Tiempo es Oro" es poco productivo darle el tiempo necesario que cada uno requiera para recuperarse, entonces para acelerar el proceso de recuperación  les meten medicamentos para que lo supere rápido y sobre la marcha.
Pero el punto es otro.
Esos estados "depresivos" son normales hasta cierto punto, hasta hay todo un ciclo descrito y  estandarizado en tratados de psicología que incluyen creo que como 5 ó 6 etapas del proceso que se deben ir cumpliendo hasta antes de estar listos para superar la fase completa y volver otra vez a ser nosotros mismos. (Si quieren saber más sobre esto, busquen por etapas de superación de duelos y ahí van a encontrar más detalles.)
En este mismo punto me detengo.
"Nosotros mismos".
Y aquí con todo lo que ya sé ahora que antes ignoraba y que gracias a un muy buen y querido amigo que me hizo tomar conciencia es que quiero hacer un inciso en este punto.
Cuando estaba justo en medio de mi oscuro pozo de los lamentos con fuerzas apenas para mantener la nariz a fuera del agua, sin fuerzas de nadar hacia la orilla para intentar salir, recuerdo que mi buen amigo me advirtió de lo peligroso de seguir así por demasiado tiempo y que sin darme cuenta estaba alimentando a entidades que se nutren del sufrimientos de los seres humanos y yo en ese momento estaba siendo como un pozo de oro para ellos.
En ese momento quizás no le di toda la importancia que tiene  tal advertencia porque realmente no comprendía todo el trasfondo de todo lo que significa comprender lo que significa. Valga el trabalengua.
Creo que no se puede entender la naturaleza humana, el funcionamientos de la mente y las emociones separadas de todo lo que nos rodea, lo veamos o no, pero que ahí están, existen y nos afectan sin que nos demos cuenta.
Alguien hablaba de las "influencias", pues creo que es lo mismo,
"influencias", "entidades", "parásitos", como les llamen, no los vemos pero pueden estar ahí y si están nos estarán robando energía de algún u otro modo.
Y si nos sentimos mal por alguna razón, y sentimos pena, dolor, angustia, confusión, en general cualquier emoción exacerbada sea positiva o negativa, ellos se alimentan de esas emociones.
Por eso no es raro que Buda llamara a sentir  las emociones de manera controladas, moderadamente. Seguro algo sabía de estas cosas.
En fin, la cosa va por ahí creo yo.
Piensen, medítenlo, plantéense la posibilidad de que toda esa pena, depresión que puedan estar sintiendo y padeciendo, sobre todo si ya se ha prolongado demasiado en el tiempo, quizás no sea del todo de ustedes mismos, puede haber alguna clase de entidad parásita que les esté controlando esa parte de las emociones para que no dejen de sentirlas y ellos no dejen de alimentarse a costillas de vuestro mal estar.
Y cuidado, si sus emociones pasan demasiado tiempo alteradas, podría ser su propio organismo el que lo resintiera y les pasara luego la cuenta. 
Es una cuestión mucho más delicada y compleja de lo que se puede pensar, por eso hay que ponerle ojo a esos estados demasiado prolongados, más de 9 meses o de un año.
Lo normal, creo yo, es que luego de los 3 meses ya vaya aminorando el dolor y se deje de llorar, para que a los 6 meses ya esté el corazón más calmado, cicatrizando, a los 9 meses la costra ya se haya caído. Bueno, como cada uno tiene su propio tiempo para sanarse, no creo que haya un tiempo preciso bajo el cual nos cuadremos todos, pero una buena prueba de fuego para saber si ya estás mejor es que veas una foto del susodicho o susodicha, dependiendo del caso, y si ya no lloras, es una buena señal que indica que estás mejor. Pero cuando puedas ver una foto suya y a tu mente vengan pensamientos agradables, sin hostilidades ni resentimientos, y  hasta seas capaz de esbozar una sonrisa sin tristeza, más bien risueña, ahí ya estás de alta.  Definitivamente de alta, list@ para salir otra vez a la calle a respirar aire puro, ahora la sensación de estar list@ para volver a entrar al mercado, esa decisión sólo puede ser tuya.
Pero lo que es importantísimo es que no apures tu proceso, date todo el tiempo que necesites para ti, para estar bien contigo mism@ antes de entrar a la cancha otra vez. 
Recuerda que nadie que no haya estado en tu vida antes tiene la culpa ni la responsabilidad de lo que te haya pasado anteriormente, no tiene por qué pagar las consecuencias de tus malas decisiones o malas experiencias anteriores. 
Recuerda, no le hagas  a los demás lo que no quieres que te hagan, porque en esta vida, todo se devuelve como un boomerang. 
Ahora cómo sacarse de encima a esas entidades parasitarias que nos influencian malamenten?, no lo sé.
Busquen ayuda con gente que sí sepa.
Lo  poco que yo sé es que frenando esas emociones extremas es como cortarles la leche de la teta. Si no tienen esas emociones de que alimentarse se aburrirán y se marcharán a buscarse a alguien más que esté derrochando emociones a manos llenas.
Es decir, pareciera ser que la clave está en recuperar el equilibrio emocional y mantenerlo.
Y nunca pierdan de vista dos pensamientos que a mí me ayudaron mucho al menos.
1. "No hay mal que dure 100 años ni tonto que lo aguante."

2. "Después de la tormenta viene la calma."

No importa lo nublada que esté la noche, al día siguiente habrá luz de día, aunque las nubes tapen al sol. Nunca pierdan de vista ese ejemplo, es cotidiano, está ahí, al alcance de todos para que no olvidemos que nunca algo puede ser tan terrible, y que todo tiene solución menos la muerte, porque Dios aprieta pero no ahorca.
Y al final si lo pensamos bien, son  sólo  cuitas del corazón, si fueran cosas gravísimas como están pasando ahora mismo en otras partes del mundo donde hay gente sufriendo realmente, donde están muriendo en medio de verdadero dolor y martirios, las penas de amor comparativamente son una bicoca.
No digo que no sean importantes, lo son, pero no son de vida o muerte.
La gente que mata o muere por amor, es porque no es o no era gente de mente sana, normal, al menos centrada. 
La gente normal asume el fracaso, aprende de sus errores y los supera de manera natural. 
La gente normal deja pasar tiempo, el necesario para recuperarse y  sanarse,  cuando está lista vuelve a confiar en la vida y con lo aprendido afina su intuición para elegir mejor la próxima vez que decida involucrar a alguien más en su vida.

Repito, no soy especialista en el tema, pero tengo la experiencia de haber pasado por el proceso.
Si esto le puede servir a alguien para comenzar a salir a delante, me doy por satisfecha. 
Es como ir cerrando un círculo más, en esta larga cadena de favores.




Dedicado en eterno agradecimiento a mis amigos del camino.