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sábado, 11 de septiembre de 2010

La verdad sobre las mujeres.

Sabía que algún día encontraría la canción de todas las canciones, la que respondiera a todas mis preguntas.
Que venga la respuesta que tanto había buscado envuelta dentro de una canción quiere decir que no soy ni la primera ni seré la última en esta vida en sentirme así de confundida.
Perdida, más que confundida, desorientada. En alguna parte perdí mi brújula.
El sol no me dice nada, mi sextante no funciona, estoy a la deriva.
Me siento como una náufraga en tierra de nadie.
Hoy hablamos, por esas cosas del destino, coincidimos en algo que nos atañía a los dos.
Fue breve, nos abocamos al tema que nos convocaba en el momento y sería. Palabras de buena crianza y adiós.
Ya se me salía la pregunta: cómo estás, amor?
Pensé que ya me había sanado de tanta palabra de amor.
Creí que la terapia escribiendo poemas había funcionado.
Bueno, pero me contuve, eso ya es algo. No lo dije y eso es importante.
Pero por qué tengo que contenerme. Es amor!! Por qué no debo demostrar lo que siento, si no tiene nada de malo.
Es como dice la canción: "debemos alejarnos, es lo mejor".
Mi parte racional así lo entiende y lo acepta, pero mi corazón, la parte de mi alma que lo quiere, no.
Es paradójico.
Pareciera que el mejor antídoto al amor es el mismo amor.
Con los hombres funciona así.
Mientras más se les quiere, más arrancan.
Y mientras más fría e indiferente, más quieren estar presentes.
Quién los entiende?
Verdaderamente.
Está comprobado sociológicamente.
Bueno si es un cazador, yo no soy una presa fácil.
No soy tampoco una cazadora. Me defino más como una recolectora-nómade-exploradora.
Tengo una teoría, más bien es una idea, que sirve también de consejo para los hombres respecto a las mujeres.
No importa quién sea ni de dónde venga, todas las mujeres de este mundo compartimos tres o cuatro genes prehistóricos:
A todas nos gusta tener fuego en la caverna, alimento cocinándose sobre ese fuego. Un hombre con quien no pasar frío durante la noche y sentir la admiración o envidia del resto de las mujeres.
Básicamente todo se reduce a esas cuatro nociones concretas, el resto son sólo variantes más sofisticadas y desarrolladas con la vida, la literatura, el psicoanálisis, el feminismo y todo lo que intente agregar más glamour al cuento. Pero sin maquillaje, esa es la verdad.
Los hombres inseguros que transpiran ansiedad por los poros, los indecisos que muestran debilidad e incapacidad para proveer de las necesidades de seguridad y confort, pero más que nada, todo aquel que no produzca admiración ni respeto en una mujer, uno que no la haga sentir orgullo, está francamente jodido.
Así que, hombres solitarios en el mundo. Piénsenlo. Mírense al espejo y piensen en qué están fallando y hagan algo al respecto.
Las mujeres somos mucho más simples de lo que piensan.
Sólo que la mayoría no reconoce ni acepta su pobre simpleza.
Ver la verdad y aceptarla, relaja y hace todo más fácil.
En este caso, la verdad no muerde ni mata.







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