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martes, 3 de agosto de 2010

Las señales

Ojalá la vida fuera más simple y el camino estuviera señalizado como las rutas con carteles cada tanto que advierten del peligro a 300 metros; cuidado, camino resbaladizo; baches en el pavimento; baden; precaución, zona de pendientes fuertes, enganche su máquina; curva peligrosa.
Letreros que advierten y previenen, puestos ahí por alguien que no te conoce ni te quiere, y muy probablemente no le importe que te saques la cresta o te mates, que sólo los pone ahí para que seas más cauteloso y no le provoques al Estado una factura más en el Sistema Público, siempre sobre girado y en déficit, o les hagas desperdiciar ganancias a las Aseguradoras.
Pero, y si en la vida hubiesen señales que sí estuvieran ahí para que las tomaras en cuenta por que sí te quieren, sí le importas a alguien?
Es decir:
Si todos tuviésemos un algo, no sé cómo llamarlo, un ángel guardián, quizás, o Dios en persona, tal vez? Alguien que nos cuida y nos quiere, por eso nos cuida. Y como no nos puede hablar para no hacernos sentir dementes, nos pone señales.
Señales que si no estamos atentos con los ojos y el cerebro, y a veces también los ojos del ciego corazón, bien abiertos se nos pueden pasar de largo.
Señales que no son siempre evidentes y pueden aparecer en cualquier parte, venir desde cualquier lado y en formato X, desde un titular de diario, la cola de una estrofa de una canción oída a la pasada en la radio, algo que alguien dice refiriéndose a otra cosa pero que interpretamos como la parte que nos faltaba para completar el cuadro y secretamente decimos:
-Gracias, gracias, era lo que necesitaba-.
Luego, sentimos que todo calza, que todas las piezas ajustan y caben en su lugar, y nos parece que era tan simple, cómo no lo pensamos antes. Entonces entiendes por qué Dios es Dios y no tú.
Y cada cosa en su lugar nos hace sentir dueños de un orden que extrapolamos a nuestras mentes para no volvernos locos en el caos, pero sólo es una vana ilusión. La vida, naturalmente, está en permanente lucha entre el orden y el caos, por eso la perfección es tan difícil y la felicidad tan efímera.
Las señales, quiero pensar, siempre están ahí, en algún lado, sólo hay que verlas o saber buscarlas y entenderlas.
Hará un mes atrás, estuve a punto de dar un paso decisivo en mi vida, si habría de ser el peor error de mi vida, o el mejor, cómo saberlo. Las señales que recibí torcieron la dirección de los eventos. Tomé una decisión, viré hacia un costado, izquierda, derecha , no lo sé, tomé una salida alternativa y me alejé en el sentido contrario.
Fue mi elección a propósito de las señales que creí descifrar en mi camino y he me aquí.
No eufórica de felicidad pero contenta, haciendo lo que me gusta, escribir.

1 comentario:

  1. Yo creo que de alguna forma siempre señales encontrás, tal ves reales, capaz falsas, pero cuando tenés algo en la cabeza ves señales por todos lados si así lo buscas, todo lo relacionas con eso, capaz no haya UNA SEÑAL verdadera pero viendo esas señales como yo les llamo "falsas" podes replantearte ciertas cosas y llegar a hacer lo que vos realmente necesitas/querés, por que si fueran señales claras hace eso o hace lo otro seria muy aburrido, monotoma, a veces ir por el camino equivocado te enseña muchas cosas...

    solo quiero decirte que las cosas que escribis me llegan totalmente al corazon, muy claras, con las palabras exactas.

    Un abrazo, saludos!

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