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jueves, 29 de julio de 2010

El formato mental.

Creo yo que la forma de ser y de pensar de los seres humanos también se determina por la
escenografía por la que se mueve. Es decir, no sólo influye la biología y la educación como creían los literatos de la corriente realista, si no también el entorno estético y la ubicación geográfica.
Siguiendo este planteamiento podría establecerse hipotéticamente que si el paisaje que rodea a un individuo es feo, hostil y a la vez periférico, ese individuo será marginal toda su vida, mentalmente, no se sentirá jamás incluido en la parte amable de la vida y muy probablemente mucho de lo que haga será con resentimiento, desánimo. Podría decirse que estamos en presencia de un antisocial en estado larvario. Y así como uno, cuántos más. Ojo, Estado. (Vean Caluga y Menta de Gonzalo Justiniano.)
El clima, afecta de un modo transversal a todos los individuos, independientemente del paisaje en el que se desarrollen, por algo evidentemente obvio, el clima es algo mucho más generalizado, pero que pone su nota distintiva entre individuos de latitudes diferentes.
Es decir, un periférico chileno puede ser muy distinto a uno brasileño o a uno chino. Incluso hasta dentro de la misma distribución territorial de Chile pueden haber diferencias entre unos que habiten en la zona norte a otros que se encuentren en el sur.
Me pregunto si nacer o vivir en un lugar específico define finalmente quiénes y cómo somos. Y si es así, en qué proporción nos influye.
Por ejemplo: Vivir en departamento en un buen barrio o de sector popular; en casa con rejas altas, con puerta a la calle, con ante jardín sin rejas, hace alguna diferencia?
Vivir en el centro de la ciudad, vivir a unas cuadras del centro, a las afueras, en un barrio, o población; marca y de qué forma marca el subconsciente, a caso es para tanto?
No es ningún misterio que en Chile se discrimine por el sector en el que se vive, también por el color de la piel, la forma de hablar y de vestir. Cuando más que nada debería considerarse la forma de pensar y de ser. Aunque los juicios siempre son influenciados por la información que entra por el ojo, y el ojo sólo puede ver lo que se deja ver, la apariencia y la actitud.
Como decía Aristóteles: -" Juzgamos a los demás por sus acciones"- Y es verdad. ¿Quién tiene cabeza para adivinar los motivos y razones?
A menudo me pregunto si yo hubiese nacido en otra parte del mundo, me hubiese criado en otro lugar, qué tan diferente a cómo soy ahora habría llegado a ser. Manteniendo exactamente igual el resto de las variables, es decir: misma carga genética, los mismos padres, etc. Sólo cambiando el entorno, y por lo tanto las experiencias.
Yo creo que sí. Habría sido diferente, para bien o para mal, pero distinta. No sé si mejor o peor, pero no sería como soy ahora.
Entonces, si depende también del entorno, ¿Cuál sería el mejor lugar del mundo para criar una nueva generación, una que sea sana, brillante, alegre, libre, que crezca sintiéndose feliz?
La comparación es casi obligada y explicaría mucho sobre quienes hemos llegado a ser.
Por ejemplo entre G. y yo, siendo que somos para algunas cosas muy parecidos, tenemos ciertos puntos de vista sobre cosas de la vida similares, y compartimos una formación semejante, el hecho de haber crecido frente a paisajes diferentes creó una distancia abismante, sólo no ha llegado a ser irreconciliable porque nos enseñaron a querernos y somos amigos a pesar de que pasa demasiado tiempo entre que nos volvemos a ver de vez en cuando. Pero el cariño siempre está ahí, no depende ni de la distancia ni del tiempo. Nos queremos.
Él tiene formato playa en su mente y yo tengo el de un cerro al frente, todo el rato. Reja, casas y cerro, siempre. Cómo no iba a pensar y a sentir que todo en la vida tiene obstáculos, escollos insalvables, por los que me dejé vencer. En cambio G., pasó la mayor parte de su vida observando el mundo desde cierta altura, podía ver el mar inmenso desde cierto ángulo de su ventana. Qué le podía hacer pensar que tendría límites en su vida para hacer y llegar a ser quien deseara ser?
Yo que soy un alma libre, soy prisionera de una mente llena de límites formateados.
Supongo que darme cuenta ya es un gran paso para comenzar a derribar todos eso absurdos formatos mentales.
Soy rebelde, recuerdas?
Y lo seguiré siendo hasta sentirme completamente yo.

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